lunes, 1 de abril de 2019

Yo, el sentimentalista pendejo [sic]

La caja de Pandora

Limpiar mi cuarto es algo que casi nunca hago, supongo que es porque tengo miedo a desechar cosas que ya no me sirven, jamás he sido bueno para las despedidas y, de alguna manera, siempre termino encontrando significado a cosas que, para bien o para mal, carecen de él, es así, que terminé dejando que mis clósets se llenaran de polvo por unos cuantos meses.

Así que, hace unos días, por razones que desconozco, sentí la necesidad de limpiar mi clóset, ya no tiene casi chamarras, las que quedan son prácticamente mis favoritas (a excepción de una de España), siempre he sido de prestar chamarras, pero la situación con estas chamarras es diferente, no ha llegado esa persona que me inspire la suficiente confianza como para prestarle mis chamarras.
En fin, en la parte de arriba de mi clóset había sido lugar para almacenar cajas que, quizá, en algún punto podían llegar a servir de algo, o al menos eso me dije durante tiempo, hasta que el martes me di cuenta de que todo lo que había en ellas eran cosas que eran inservibles, así que decidí sacarlas.

Al fondo de esas cajas había una que no sabía bien si podía llegar a tener algún uso, la caja de recuerdos de Frida, donde guardé las cartas, las fotos y demás cosas que fueron parte de la relación que mantuve con ellas, me armé se valor y abrí esa caja con miedo, tenía miedo de que, detrás de cajas de cosas sin importancia, estuviera la caja de Pandora.

Pero no, para mi sorpresa, el contenido no provocó ninguna reacción, sólo me hizo soltar un pequeño suspiro, pero, para ser sincero, me esperaba una opresión en el pecho o algo así, pero no pasó nada, así que decidí ponerme a examinar todo con cuidado para ver qué era lo que sucedía.
 

A lado de mi tenía unas tijeras, y frente a mí tenía papel, en el papel había palabras, pero, a esta altura más que producir una nostalgia o quizá generar tristeza, me dieron risa, me puse a leer todos y cada uno, me puse a contestar cada papel con el desenlace de lo que fue esa historia de amor, si tuviera que resumir las cosas diría que, casi todos fueron contestados por un "Bullshit".

Soy un sentimentalista, eso lo sabe toda persona con la que alguna vez he tocado el tema del amor, y una escena así jamás va a tener impacto sin un buen soundtrack, estos días me ha dado por escuchar a División Minúscula, así que me tomé la libertad de cantar el estribillo de "Cada Martes" para la Frida que escribió esas cartas (ni idea si sigue con vida), terminé con "Frenesí" y, en serio que se sintió bien, el "Si te sueltas yo te atraparé, y si fallo la primera yo lo intentaré otra vez." fue la manera en que rompí la cadena que me mantenía atado a una promesa que no pretendo cumplir, ya no.


En fin, corté en pedazos todas las cartas y un cartel que me dio, y todos esos trozos fueron depositados en la caja donde anteriormente estaban guardados, sólo conservé las fotos que me regaló en uno de mis cumpleaños y el libro que escribí junto a ella.

¿Por qué dejé esas cosas intactas?, porque sé que los recuerdos siempre son endulzados por la memoria, y ver esas fotos me permite imaginar que en esos momentos todo era lindo, borrar todo el contexto, en ese momento éramos ella y yo, no había mentiras, sólo felicidad, así que me permití guardar eso, nunca está de más, quizá les cuente a mis nietos sobre una chica de apellido polaco.
 
Fui cortando todos los papeles, pero hubo dos que aparté para el final, "Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado" y el "Te amo" fueron dos frases que leí una y otra vez mientras tomaba los demás recuerdos, una vez que terminé con el resto procedí a cortarlos y reí, sin más, reí al darme cuenta de que, después de todo, esas palabras estaban ya vacías.


Luego vi la rosa marchita que guardé en la caja, y descubrí que, al secarse una rosa también se secan sus espinas, y una espina seca ya no duele, y esta rosa muerta podía ser tirada sin más. El tiempo es capaz de curar todo, y lo que no cura lo marchita y lo hace inofensivo, sólo hay que ser paciente, sólo hay que aprender a dejar pasar el tiempo.

El clímax anti-climático

Si han leído toda mi historia sobre lo que me dejó Frida, sabrán que me he quedado con una loción que ella me regaló, bueno, pues esa loción no la había vuelto a usar, estaba ahí en la caja abandonada sin más, es así como, al enterarme de que Avantasia y Los Chikos del Maíz vienen a México, me di cuenta de que iba a necesitar dinero, así que decidí darle un uso a esa loción.

Pensé en venderla, así que me puse a buscar en internet el precio y demás, esto del mercado de reventa de fragancias jamás me había interesado, así que, mejor investigar y buscar un buen comprador, pero antes había que llevar una chamarra, los días habían estado algo raros y la chamarra de mezclilla en la cajuela jamás va a estar de más.

Así que procedo a sacar la chamarra sin recordar que, un día antes, había metido la loción en mi clóset porque simplemente no me apetecía verla, jalo el gancho donde tenía colgada la chamarra y escucho algo caer, ese “algo” era de cristal, y ese “algo” comenzó a llenar mi cuarto de un aroma que, para ser sincero, ya ni siquiera recordaba.


Procedí a utilizar unos trapos para secar todo de inmediato, pero el daño ya estaba hecho, ¿el resultado del descuido?, mi habitación impregnada de un olor non grato por un par de días y mis planes de conseguir algo de dinero fácil arruinados, tanto plan que tenía en la cabeza y se fue a la mierda por descuidado.

En fin, supongo que fue lo mejor que pudo haber pasado, la idea de vender un regalo, por muy insignificante que fuera en la actualidad, me parecía algo que iba a terminar dando vueltas en mi cabeza de manera innecesaria, así que, con la loción ya destruida, puedo decir que ya no tengo nada de Frida en mi posesión, lo que queda es mío y, si bien volvió al clóset, no descarto echarle un vistazo en algún futuro.

Duma Key

¿Alguna vez han tomado un libro y sentido que están leyendo una historia sobre ustedes?, pues eso es lo que me ha pasado, he tomado el libro entre mis manos y lo he ido devorando día tras día, sin embargo, me encuentro con la cruda realidad de que, tarde o temprano, lo acabaré, y sé que me sentiré vacío, menudo dilema, hace mucho que no disfrutaba tanto algo.

Cuando lo termine habré de comentar más respecto al tema, pero de momento lo único que puedo decir es: Pam, mi vida fue a la mierda y tú decidiste huir de ella a pesar de que yo siempre hice todo por mantenerme en la tuya, no soy rencoroso, pero que te jodan. Besicos panda.

Sin más qué decir, me despido, no sin antes agradecerles el haberse tomado su tiempo para leer las estupideces que me ha dado por escribir, sepan que los amo y, si necesitan algo, estoy a un mensaje de distancia. Les comparto una linda canción de División Minúscula.





P.d: La borrachera para celebrar mi cumpleaños está programada para el 18 de mayo, y pretendo terminar muerto, así que mejor váyanse mentalizando, ya haré llegar la invitación.

-EMZA. 


 


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