martes, 19 de octubre de 2021

Escribiembre 2021

 Sigo vivo... O al menos eso creo.


Hola, soy yo de nuevo, por desgracia sigo con vida... Pero bueno, ya está cerca esa época del año en que me puedo sentir escritor, esa bonita dinámica inventada por una chica muy talentosa que me da la oportunidad de tomarme en serio mis textos, Escribiembre.

Para quien no lo sepa, Escribiembre es una dinámica que consiste en escribir algo referente a una palabra asignada previamente durante todo el mes de noviembre, personalmente es algo que disfruto mucho, pues me obliga a salir de mi zona de confort y experimentar, el año pasado me sirvió para hacer frente a uno de los demonios más grandes de mi vida, Frida, y no podría estar más feliz con el resultado de la batalla.

Este año Marzo ha decidido que la temática sobre la que se desarrolle el Escribiembre sea una introspección, justo lo que necesito en este momento en realidad, llevo un par de meses sintiéndome como un muerto en vida, intento sentir pero soy incapaz de hacerlo, es hora de enfrentarme a mí mismo y exponer la heridas, tengo que confesar que estoy emocionado, aunque también tengo que aceptar que tengo miedo de lo que me pueda encontrar.

Comenzando la aventura


Es curioso, en estos meses me he encontrado con una misión que cada día parece más difícil, alcanzar ese cenit que dé sentido a mi vida, pues si bien he entendido que es algo que cambia constantemente de forma y se evapora apenas uno lo alcanza, no deja de causarme ansiedad el pensar que quizá ya no seré capaz de volverlo a sentir, cada vez estoy más cerca de que mi epitafio sea "Vivió lleno de vacíos" sea mi epitafio, hoy, no puedo dejar de pensar que mi mayor defecto es mi mejor virtud, y quizá mi aspiración a alcanzar la bonhomía es la causa de mi declive.

En algún punto llegué a verme rubicundo, quizá se debía a que tenía el valor para afrontar los obstáculos y no recurría a mis vicios para remansar mis demonios, pero me cansé de eso, y eso me llevó a escapar y hacerme alguien ambivalente, para el mundo soy una persona alegre, social, pero la realidad es que ya no sé quién soy, no sé si soy una persona cándida realmente, ¿tengo el derecho a serlo después de todos mis errores?, no lo sé, no miento cuando digo que lo que más anhelo hoy en día es que alguien valide mi existencia.

Me he unido a un cenáculo que sobrevive, todos tenemos nuestros problemas pero nos reunimos a beber cada semana para sobrellevarlos, nunca se ha tratado de elucubrar una solución, sino más bien encontrar la manera de sobrevivir a la vicisitud que es la vida en sí misma, somos mirlos blancos que buscan fuerza para retomar el vuelo algún día, y espero de todo corazón que todos podamos escapar algún día de nuestras jaulas.

Tengo que ser capaz de dilucidar todo esto, sé que valgo algo, pero no sé cómo hacer que el resto del mundo se dé cuenta de que mi valor es en su mayoría intrínseco, para bien o para mal, soy una persona fácil de tratar pero difícil de conocer, la realidad es que he pasado mucho tiempo peleando contra los atavismos que me aprisionan, a veces he querido renunciar, pero no lo hago porque en este mundo tan ubérrimo estoy decidido a echar raíces, quiero que alguien me recuerde.

Los últimos meses se han sentido como un cataclismo, y lo peor es que yo fui el causante de este, mi incapacidad de prever una peripecia me ha terminado pasando factura, supongo que fue mi culpa por creer que las cosas siempre iban a ser iguales, pero bueno, al mismo tiempo tengo que aceptar que el acendrar esa relación es algo que jamás va a poder lograrse, ya hace mucho que eso dejó de ser posible, así que, supongo que lo mejor es hacer cruz y raya con ese asunto.

Jamás fui capaz de embelesarle, hay cosas que simplemente están destinadas al fracaso, esta era una de ellas, y a pesar de que soy consciente de eso, soy incapaz de hacer fenecer esto que siento, o bueno, quizá soy capaz, pero simplemente no quiero hacerlo, estar en el vórtice de este huracán me hace sentir paz, aunque sé bien que eventualmente el caos volverá, pero está bien, después de todo, el único sentimiento verdadero es aquel que es indómito.

Se acerca el invierno, y no sé cuál es el camino que tomaré este año, lo más probable es que opte por un letargo invernal y lo único que combata sea el fosco matutino, después de todo, ese es mi rol como actor secundario, hace mucho que acepté que no seré el estelar, a algunos aceptar esto les mata, a mí más bien me deja tranquilo, no tengo que preocuparme por vislumbrar las señales que me lleven a jugar un papel más importante, o bueno, al menos eso me digo a mí mismo.

Sé que hay algún ignoto motivo por el cual soy como soy, pero me da miedo que si llego a desasirme de la presión que me aqueja no quedará nada para mí en este mundo, sólo quiero llegar a la primavera, quizá en esa época mis vástagos renacerán, o quizá sólo descubriré que todo está en mi mente, quizá el día de mañana despertaré y me daré cuenta de que estoy indemne a pesar de todo, quizá el día de mañana despertaré y me daré cuenta que estoy roto y no tengo salvación.

El principio del fin


No sé qué vaya a suceder en este Escribiembre, lo que sé es que estoy más que emocionado por el mismo, lo que acaban de leer es un pequeño experimento que he decidido hacer con las palabras del Escribiembre 2021, debajo les dejaré la cuenta oficial, es un reto muy bonito que me hace mucha ilusión, si alguien quiere intentarlo, siéntase libre de hacerlo. Me despido por el momento, los amo.

-EMZA.

Escribiembre 2021

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